Naranco y monumentos

 

Dificultad: media

Kilómetros: 23'5

Tipo: circular

Salida: Estación de La Corredoria

Llegada: Estación de La Corredoria

 

Hoy nos tocaba uno de los grandes desconocidos de Asturias. Quizás exista más gente visitando el Naranco que algún otro bonito pico del Parque Natural de Redes o de Somiedo, por poner dos grandes referentes de la montaña asturiana. Pero la cercanía a las grandes ciudades hace que muchos miremos más arriba, aunque también los hay, que sólo miran para abajo y el Naranco se queda sin conocer.

 

Empezamos esta ruta en La Corredoria, después de pasar el puente azul que cruza las vías y nos vamos a la derecha, pasando por Cuyences.

 

 

Vamos subiendo por la ladera del Naranco, pasando al lado del depósito de aguas, y seguimos tomando las pistas con grandes pendientes ascendentes.

 

 

Pronto veremos las antenas y el Cristo de Corcov… el Cristo del Naranco saluda a Asturias. Aunque en las fotos no se ven, era el día anterior a la vuelta ciclista y había algunos “biciclistas” bajo las antenas y donde el Paisanu.


 

Antes de llegar a los pies del Cristo, vemos a mano derecha unas trincheras de la guerra civil, restauradas como se ve en la foto.

 

 

Llegamos al pico “El Paisano” dónde hablamos con otro montañero de Venezuela, que está encantado con nuestra tierrina. Aprovechamos, entonces, para que nos saque una foto.

 

 

Las vistas desde la cumbre brutales, se ve casi toda la Asturias central. La pena es que había algo de bruma.

 

Hacia la costa:

 

 

 

Oviedo:

 

 

Bajamos por la vertiente que da a la Pevidal y, al bajar la cuesta, justo dónde hay unas mesas de picnic, a la izquierda sale un sendero entre la maleza hacia el que vamos. Allí pasamos junto a una finca con abetos, la rodeamos y volvemos a la carretera. Sin quererlo, hicimos el “Alto de la Rasa”.

 

 

Vamos bajando por la carretera y depués por pista hasta llegar a la Pevidal, la pista está muy arreglada, muy indicada y muy guapa. La única pena fue no acercarnos hasta los neveros por no estar seguros de si íbamos a dar con ellos o volveríamos a dar un rodeo.

"La mayor parte de estas estructuras, algunas identificadas puntualmente, se mantienen emboscadas y cubiertas de maleza en medio de la sierra. Hasta que el «monje» del Naranco las va luciendo. La sierra, sí, cuenta con un vigilante, un hombre al que acompaña cierta singularidad y que en los últimos años ha ido haciendo mucho más para la conservación de búnkeres, cuarteles y casamatas que todas las administraciones anteriores juntas. Víctor Monte, marino jubilado, profesor de fotografía en activo, dedica desde hace años, diariamente y tan sólo acompañado de su perra «Cuqui», varias horas a mimar la sierra. Su trabajo solitario ha ido llamando la atención de los que, por deporte o relajo, se ponen a recorrer las sendas del Naranco."

www.lne.es/oviedo/2013/06/23/secreto-naranco/1431837.html

 

La verdad, da gusto que haya personas como este señor.

 

 

Dónde sí llegamos fue a los bunkers y restos de la guerra civil.

 

 

Dentro del búnker, es imposible imaginarse lo que padecieron y sintieron aquellos hombres en estas zonas. Podemos intentar imaginárnoslo, pero, por suerte, no lograremos acercarnos.

 

 

 

 

A partir de aquí seguimos recorriendo este monte, pequeño en altura pero inmenso en historia y natura.

 

 

Llegamos a una carretera por dónde intuimos que subirían los ciclistas al día siguiente y vamos pasando pueblinos. Al llegar a Ules, comemos en una pequeña zona verde, muy prestosa, con una fuente y unas mesas.  Desde aquí, vamos tirando por la general.

 

 

Una vez en la general, salen varios cruces de pista a la izquierda; justo en el que sale al lado de una zona verde con un aparcamiento para coches, (así se ve en el Google Earth):

 

 

 

cogemos una caleyuca y llegamos a …

 

 

…y llegamos a la iglesia prerrománica de San Miguel de Lillo. Esta iglesia, edificada hacia el año 842 por Ramiro I conserva una tercera parte de su longitud, el resto se perdió durante los siglos XIII-XIV por  las malas condiciones del suelo.

 

 

Cerca de San Miguel de Lillo, se encuentra Santa María del Naranco. Esta iglesia en realidad fue creada como un palacio real y fue terminada en el año 842.

 

 

Personalmente, creo que es la pieza prerrománica más bonita de la ciudad de Oviedo. Los detalles de las columnas, la forma de los arcos, la estructura del propio edificio…  Una pasada.

 

 

Por cierto, el símbolo de “Asturias, Paraíso Natural” tiene que ver con este monumento, sólo hay que observar los grandes arcos y columnas.

 

 

 

Tomamos una cervecina en “El Mirador” y vamos bajando hasta San Pedro de los Arcos, pasamos del prerrománico al neorrománico. En este edificio, del año 1910, tuvo muerte Aida Lafuente, militante comunista. Como reliquias de la guerra quedan, en la fachada, dos obuses que no estallaron.

 

 

Al lado de la Losa, nos encontramos con el acueducto, del que sólo quedan seis pilares y cinco arcos. Fue acabado en 1599 y suministraba a Oviedo con el agua procedente de Boo y Fitoria.

 

 

Hace años:

 

Una vez dentro de la ciudad, cerca de Gascona, está la fuente prerrománica de Foncalada, construida por órdenes de Alfonso III. Es el único resto de construcción para uso público de la Alta Edad Media en Oviedo y es el monumento civil en uso continuado más antiguo de España.

 

 

Para terminar con esta ruta cultural y montañera, nos acercamos hasta otra joya del prerrománico: Santullano o San Julián de los Prados. Creada a principios del s. IX bajo orden de Alfonso II,  está dedicada a los santos mártires Julián y Basilisa.

 

 

 

Desde aquí, sólo nos queda volver hasta la estación de la Corredoria, dónde quedó aparcado el coche.

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