Retazos de plata y rocío
Los últimos destellos de la luna
trazan, en las bóvedas del alba,
retazos de plata y rocío.
Los primeros ecos del mañana
abren las inmensas compuertas
del olvido.
Sobre la alcazaba del sueño,
una tímida lágrima recorre
cada segundo de tus labios.
Oh, esencia de mi alma...
Alma tendida, cual promesa,
ante mis parpados;
incógnita sombra que aguarda mis días.
Mis manos, mis torpes manos,
implorando cobijo en las tuyas,
suscitan el origen del llanto.
Perpetuos campos de melancolía
se expanden ante el turbio porvenir
que me aguarda,
y nos aguarda.